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das Mystische 2.1

Laocoonte devorado

Laocoonte devorado Marc Bijl, La Rivoluzione siamo noi, 2002.

Si yo fuera un artista de verdad, un verdadero artista, tendría más que dificultades para tratar de construir un signo, un relato o un simple símbolo que explicara o ilustrara lo sucedido, en los primeros días de este mes de septiembre, en la lejana población de Beslán, en la república rusa de Osetia del Norte. No siempre cumple uno con sus obligaciones mínimas, con aquello que te identifica con lo que realmente eres o al menos deberías tratar de ser; confieso que, anestesiado por la calma de las últimas horas veraniegas, he negado con sumo cuidado todas las portadas de los diarios, todas las cabeceras de los noticiarios televisivos, convencido de que esta vez el horror era como en otras ocasiones, pero que también era diferente. Al fin y al cabo, no he hecho otra cosa que lo aconsejado por Peter Sloterdijk para enfrentar con éxito la amenaza del terrorismo: ignorarlo. Como entretenedores armados, afirma el filósofo alemán, los terroristas interpretan nuestro sistema de medios de comunicación transformando el terrorismo en una cultura del entretenimiento; los medios, según este análisis, serían meros cómplices en una competición de fascinaciones. Pero yo he negado la noticia por otro motivo: he procurado mantenerla alejada más bien por miedo; miedo a que lo terrible alterara mi propia tranquilidad, miedo a que la muerte me arrastrara de nuevo al circulo impasible de las preguntas. Además, creo que Sloterdijk se distancia con extrema facilidad del fenómeno olvidando la dificultad que supone ignorar la explosión más cercana o la imposibilidad que tienen las víctimas de desconocer su propio destino. ¿Cómo ignorar aquello que te transforma? ¿Cómo ignorar aquello que puede matarte, aquello que en realidad acaba matándote? En cuanto análisis de medios y propaganda, las palabras de Sloterdijk pueden tener alguna utilidad; como ejemplo de mirada hacia lo humano, no pasan de insignificante comentario. He procurado mantener alejado aquello que me asusta porque, en el fondo, no me siento con fuerzas para asumirlo; asumir su cercanía trágica en el espacio y en el tiempo, asumir su evidente posibilidad y su lógica asesina.

Si yo fuera un artista de verdad, un verdadero artista, no estaría aquí experimentando autojustificaciones, perdiendo, sin más, el tiempo: estaría creando una verdadera obra de arte que ayudara a los demás (que me ayudara incluso a mí mismo) a explicar y a soportar lo insoportable; esa podría ser una razón comprensible para un verdadero artista, para un artista de verdad, si bien la visión de los artistas puede ser tan múltiple y variada como las distintas visiones del mundo y del arte. La violencia política, además, ofrece numerosas lecturas, infinitos matices e interpretaciones a las que los artistas no han permanecido inmunes. Laocoonte devorado, Arte y violencia política, es el título de la exposición que hasta el 3 de Octubre puede verse en el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo; es decir, en algún lugar del mundo un artista ha procurado ya encontrar explicaciones a lo inexplicable, aportar su visión personal del asunto. Como se puede leer en uno de los textos de introducción a la exposición, cada día son más los inocentes que terminan pagando con su vida el coste virulento de un conflicto desatado por otros y, para mayor absurdo, esta muerte no es comprendida por quienes la contemplan; cada día que pasa Laocoonte es devorado por una maquinaria incontrolada. ¿Cómo ignorar aquello que te transforma? ¿Cómo ignorar aquello que puede matarte, aquello que en realidad acaba matándote?

Los días posteriores al atentado del 11M en Madrid, tuve un complejo obsesivo de blanco móvil. Es cierto que, con el paso de la horas, con el devenir incesante de los segundos, uno vuelve poco a poco a la normalidad, al entretenido pasatiempo de intercambios y esfuerzos; pero también es cierto que algo cambió en mí en aquella jornada, en aquel triste día, aunque todavía no sepa bien en qué medida y cómo llega a manifestarse este cambio. Si yo fuera un artista de verdad, un verdadero artista, quizás estuviera más cerca de entenderlo y entonces produciría una obra de arte que hablara de todo aquello de lo que me resulta tan difícil hablar, de todo aquello que procuro mantener siempre lejos. Entonces hablaría del Poder, del Poder y de la imposibilidad del diálogo; y hablaría de la educación, de la condición del suicida, y hablaría de lo trascendental, del amaestramiento social y cultural, impuro como la vida misma. Y entonces, a pesar de todo, más temprano que tarde, hablaría también de las causas porque, como dice el filósofo palestino Sari Nusseibeh el terrorismo debe ser tratado por un médico, no por otro paciente afectado por la misma enfermedad. El énfasis sobre las causas del terrorismo -escribió Arcadi Espada el 5 de septiembre- es directamente proporcional a la distancia entre el lugar del terrorista y el lugar del enfático. A mayor distancia de las bombas mayor insistencia en las causas. Los días posteriores al atentado del 11M en Madrid supe que nunca antes había tenido las bombas tan cerca, y no por ello dejé de pensar en las causas. Si yo fuera un artista de verdad no cerraría ninguna de las puertas, ni las más radicalmente horribles, para intentar acabar con la tragedia. No conviene olvidar que también nosotros, como Laocoonte, podemos ser devorados en cualquier momento por una maquinaria incontrolada. ¿Cómo ignorar aquello que te transforma? ¿Cómo ignorar aquello que puede matarte, aquello que en realidad acaba matándote?

7 comentarios

Enrique -

¡Ya estoy aquí! Disculpen la tardanza, muchachos, pero una avería inexplicable con la línea telefónica me impedía comunicar con ustedes.

¡Cayetano, qué alegría! Celebro que estés por aquí. ¡Y Pini, preparando la ensalada con rabanitos! Iván desde México, e Itn desde... ¿desde Vigo quizás, amigo Itn? Pues eso, nada de miedos, muchachos, cada uno sabe que, en algún lugar remoto, alguien comparte las posibilidades de luminosidad (los rabanitos) con otros que también buscan respuestas o que ofrecen preguntas para salir del atasco. ¿Quién dijo miedo? Los espacios luminosos de los que nos habla Cayetano, esos espacios luminosos que intentamos construir, más o menos, de acuerdo siempre a nuestras posibilidades, formarán una cúpula perfecta que nos protegerá a todos si el cielo decide desplomarse sobre nuestras cabezas. Cosa que, como todos bien sabemos, no sucederá nunca.

Un abrazo a todos.

Cayetano -

Este sistema de comentarios me ha jugado una mala pasada :-)

La cita completa:

Así, para el hombre tradicional, el hombre moderno no constituye el
tipo de un ser libre ni el de un creador de historia. Por el contrario, el
hombre de las civilizaciones arcaicas puede estar orgulloso de su modo
de existencia, que le permite ser libre y crear. Es libre de no ser ya lo que
fue, libre de anular su propia “historia” mediante la abolición periódica
del tiempo y la regeneración colectiva. El hombre que aspira a ser
histórico no puede aspirar en modo alguno a esa libertad del hombre
arcaico respecto de su propia “historia”, pues para el moderno la suya
no sólo es irreversible sino también constitutiva de la existencia humana.
Sabemos que las sociedades arcaicas y tradicionales admitían la libertad
de comenzar cada año una nueva existencia, “pura”, con virtualidades
vírgenes. Y esto no puede ser, de ningún modo, considerado como una
imitación de la Naturaleza que también se regenera periódicamente,
“empezando de nuevo” cada primavera, volviendo a encontrar cada
primavera todas sus potencias intactas.
--
Mircea Eliade. El Mito del Eterno Retorno.

http://www.geocities.com/elbuchon2001/eliade.zip

Cayetano -

Pini:
No hay nada como una ensalada hecha con las verduras y hortalizas que crecen en las huertas de los amigos, afortunados aquellos que tienen un trocito de terreno donde plantar las semillas.

Hay jardines exquisitos. Bien regados, dulcemente abonados, pequeñísimos comparados con la enormidad de la Historia y el Universo. Sin embargo deliciosos, únicos y verdaderos. Están en nosotros.

Rabanitos, lechugas, tomates, frutales y niños ... todos naciendo, creciendo y muriendo durante un tiempo que se repite una y otra vez. Al fondo el aire, la luz del sol (y tambien la noche con lunas) , lluvias, calmas e instantes de serenidad.

¿Olvidar lo que puede matarte? No hace falta olvidar, recordar que llegará un tiempo en que formarás parte del árbol, o del rabanito, en un Retornar Eterno a la Madre. Para unos la tierra donde hunde las raíces ese árbol que nos cobija y serena.

Termino citando a Mircea Eliade:

s potencias intactas. >>

¿Veinte años? o ¿Una sola primavera?

pini -

no puedo contener el placer de hablar justo al ladito de Cayetano.

este año he aceptado que soy definitivamente miedosa, y eso me ha tranquilizado.

cómo enfrentar la fatalidad, lo efímero, la falta de control que tenemos sobre las posibilidades de la vida -que incluyen inclusive su final-?

el domingo pasado -que como todo domingo genera humor de perros en mi familia- miré por la ventana del dormitorio y ví que en la huerta habían brotado -y cómo!- los rabanitos.
sólo se me ocurrió decirles: no sean desagradecidos que hemos sembrado rabanitos y están creciendo.

mis rabanitos no me sacarán el miedo que a veces tengo cuando pienso en el hijo nacerá en un par de meses y cómo estará, y que ya no tengo 20 años, y las palabras de los genetistas, y la mar en coche, pero mis rabanitos, puestos en una buena ensalada compartida con amigos me llenan los huecos de las respuestas que no encuentro.
Cayetanooooooooo! un abrazo.

Cayetano -

Texto que invita a la reflexión :-)

Cada cual ha de encontrar la respuesta. Las herramientas que ofrece la práctica del arte son útiles para construir unn ámbito donde la vida cobra sentido: Como algo luminoso o si alguno lo prefiere: como algo obscuro y terrible.

Buscar respuestas (o amenazas) fuera de nosotros mismos es algo frecuente. Si el cielo se desploma sobre nuestras cabezas quizás sea mejor que nos pille construyendo espacios luminosos.

Un abrazo,

itn -

Es tan antiguo como el poder del brujo. Quien domina el miedo de la gente domina su voluntad. Solo nos libera aprender a no tener miedo, aunque sea muy difícil.

Lo que no sé es cómo escribirías se fueses un artista, muy pocas veces he leído algo tan “bien amueblado” sobre el tema, y créeme algo conozco desde la orilla de la presa.

ivan -

Tema dificil, dificil de tratar, por lo grande y por lo intenso, pareciera intratable, aun que posiblemente algun artista de verdad lo pueda hacer pero tal vez solo a la distancia.
Se me ocurre plantearlo de esta manera, aun que probablemente no sea yo un artista de verdad jeje, lo plateare desde mi mismo, recuerdo que despues de un fuerte accidente automovilistico que tuve, lo más logico como catarsis parecia ser dibujar o expresar el suceso pero no sucedio si no como dos años despues en que dibuje sin querer un dibujo de un coche con cinco persona (una toma desde arriba) salio asi nada más.
en fin la idea es que para realizar estas obras probablemente se requiera del paso del tiempo.